03 novembro, 2006

Ainda a Rebelião

Há mais alguns trechos que merecem ser citados (em realidade há vários outros, mas enfim...) do livro de Ortega. Limito-me àqueles que impressionam pelo caráter atemporal que, de resto, caracteriza boa parte do livro. O fato de a tese central do 'ensaio' lidar com uma realidade histórica bem específica só aumenta nosso assombro.

1) Revolução e continuidade
Las revoluciones, tan incontinentes en su prisa, hipócritamente generosa, de proclamar derechos, han violado siempre, hollado y roto, el derecho fundamental del hombre, tan fundamental que es la definición misma de su sustancia: el derecho a la continuidad.
Do Prólogo para franceses
2) Razão cartesiana
Tres siglos de experiencia "racionalista" nos obligan a recapacitar sobre el esplendor y los límites de aquella prodigiosa raison cartesiana. Esa raison es sólo matemática, física, biológica. Sus fabulosos triunfos sobre la naturaleza, superiores a cuanto pudiera soñarse, subrayan tanto más su fracaso ante los asuntos propiamente humanos e invitan a integrarla en otra razón más radical, que es la "razón histórica".
Do Prólogo para franceses
3) Decadência
La decadencia es, claro está, un concepto comparativo. Se decae de un estado superior hasta un estado inferior. Ahora bien: esta comparación puede hacerse desde los puntos de vista más diferentes y varios que quepa imaginar. Para un fabricante de boquillas de ámbar, el mundo está en decadencia porque ya no se fuma apenas con boquillas de ámbar. Otros puntos de vista serán más respetables que éste, pero, en rigor, no dejan de ser parciales, arbitrarios y externos a la vida misma cuyos quilates se trata precisamente de evaluar. No hay más que un punto de vista justificado y natural: instalarse en esa vida, contemplarla desde dentro y ver si ella se siente a si misma decaída, es decir, menguada, debilitada y insípida.
Do La altura de los tiempos
4) Obliteração intelectual
Pues aunque resultase en definitiva errónea mi opinión, siempre quedaría el hecho de que muchos de esos lectores discrepantes no han pensado cinco minutos sobre tan compleja materia. ¿Cómo van a pensar lo mismo que yo? Pero al creese com derecho a tener una opinión sobre el asunto sin previo esfuerzo para forjárselo, manifestan su ejemplar pertenencia al modo absurdo de ser hombre que he llamado "masa rebelde". Eso es precisamente tener obliterada, hermética, el alma. En este caso se trataría de hermetismo intelectual. La persona se encuentra con un repertorio de ideas dentro de sí. Decide contentarse con ellas y considerarse intelectualmente completa. Al no echar de menos nada fuera de sí, se instala definitivamente en aquel repertorio. He ahí el mecanismo de la obliteración.
Do Por qué las masas intervienen en todo y por qué sólo intervienen violentamente
5) Cultura e norma
Lo que digo es que no hay cultura donde no hay normas a que nuestros prójimos puedan recurrir. No hay cultura donde no hay principios de lagalidad civil a que apelar. No hay cultura donde no hay acatamiento de ciertas últimas posiciones intelectuales a que referirse en la disputa. No hay cultura cuando no preside a las relaciones económicas un régimen de tráfico bajo el cual ampararse. No hay cultura donde las polémicas estéticas no reconocen la necesidad de justificar la obra de arte. Cuando faltan todas esas cosas, no hay cultura; hay, en el sentido más estricto de la palavra, barbarie. (...) El viajero que llega a un país bárbaro sabe que en aquel territorio no rigen principios a que quepa recurrir. No hay normas bárbaras propriamente. La barbarie es ausencia de normas y de posible apelación.
Do Por qué las masas intervienen en todo y por qué sólo intervienen violentamente